101,6x76,2 cm ~ Pintura, Oleo
Esta pintura surge de la pausa necesaria en el camino, cuando la consciencia nos impulsa a detenernos y examinar nuestras acciones, pensamientos y palabras. Es una invitación a la introspección, a alinear quiénes somos con lo que hacemos. Inspirada en Hageo 1:5 —"Consideren bien sus caminos"—, la pieza refleja la urgencia de evaluar si nuestras decisiones nos conducen hacia el propósito que anhelamos o nos alejan de la esencia de nuestra verdad.
El proceso creativo fue más que el acto de pintar; fue una experiencia sensorial, casi meditativa. Cada pincelada se convirtió en un diálogo con el lienzo, un toque suave en el que la imagen cobraba forma lentamente con serena naturalidad, como si emergiera delicadamente del juego de luces y sombras. Con un equilibrio entre lo difuso y lo concreto, entre lo revelado y lo abstracto.
La composición invita a un estado donde la mente encuentra espacio para cuestionar y reconstruir. Esta pieza está pensada para ser vista y sentida, despertando el pensamiento y el alma en quienes la contemplan.
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Reproducciones, Impresiones sobre lienzo, Impresión sobre metal